De 1887 a 1891, tanto en el Masonic Temple como en el Hardman Hall, ambos de Nueva York, José MartÃ, armado de todos los poderes de la palabra, hizo del 10 de octubre una tarea redentora. Cada 10 de octubre de esos años, desde la tribuna revolucionaria, llamó a todos los cubanos a la unidad, a la acción, al recuento y a la promesa. Estos discursos del l0 de octubre nos permiten evaluarlo acertadamente como el mayor comunicador de su tiempo.