De su ingenio La Demajagua salió Céspedes, al dÃa siguiente de haber proclamado la independencia de Cuba, hacia Yara con 37 hombres, sin orden ni concierto ni plazo fijo. Yara era un poblado de escasa importancia y que se podÃa considerar pobremente guarnecido, pero pocos momentos antes habÃa recibido a una columna española que venÃa de Bayamo. La caballerÃa cubana fue obligada a retroceder hacia las afueras, desilusionada y maltrecha. Pero por encima de este primer descalabro lanzó el Padre de la Patria una resolución que ha sido herencia de las generaciones futuras: “Aún quedamos doce hombres. ¡Basta para hacer la independencia de Cuba!”